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lunes, 11 de junio de 2012

Unas herramientas para clases de ELE

              Muchas veces, cuando queremos expresar cosas importantes, buscamos los contenidos lingüísticos más económicos para decir en pocas palabras lo que se diría en muchas. En efecto, en esta sociedad actual de progreso tecnológico y de alto consumo, se da gran importancia a la brevedad. Cuando más corto es un mensaje, más económico (tanto en tiempo como en dinero) resulta enviarlo, sea por teléfono, fax, correo, chat, SMS, etc. Los refranes forman parte de aquellos recursos económicos que sirven para expresar de manera sencilla y sintética un mensaje.
            La enseñanza del español como lengua extranjera (ELE) o segunda lengua (L2) ha dado poca importancia a los refranes. Estos son sin embargo un recurso más para la enseñanza – aprendizaje de la lengua. Nuestro propósito no es facilitar una lista de refranes que se pueden utilizar para la enseñanza, ya que existen una infinidad, y siempre salen nuevo. Lo que sí queremos es presentar unas propiedades de los refranes que pueden ser enriquecedoras para clases de ELE o L2.
            Los refranes ayudan, de manera general, el aprendiente a adquirir la competencia lingüística. En efecto, enriquece su vocabulario, le familiariza con la gramática, la semántica, la ortografía de las palabras, le adiestra a la pronunciación y le ayuda a entender unos referentes culturales.
            Concretamente, los profesores pueden usar por ejemplo los refranes con los principiantes, para adiestrarlos a lectura y a la pronunciación. Pueden seleccionar unos refranes específicos, en función de las dificultades que tiene el alumno por contraste entre su lengua materna y el español. Por ejemplo, los refranes: 
               i.              A boda ni a bautizo, no vayas sin ser llamado.
             ii.              El jueves de la ascensión, cerezas en Oviedo y trigo en León
           iii.              El cazador anda lejos de hacer casa con azulejos
           iv.              Arequipa llena de dones, pendones y muchachos sin calzones

pueden ayudar al alumnado de francés como lengua materna a adiestrarse a la pronunciación de las consonantes: v, ll, j, c, z, ch, los diptongos: au, ue, ie, a evitar la nasalización de: in, en, on, an. También les puede ejercitar a la buena acentuación y entonació.
Los refranes tienen, pues, la ventaja de ser  textos muy breves y sencillos que presentan todos los aspectos prosódicos de la lengua: la articulación, la acentuación, la rítmica, la entonación, etc. 
            También, los aprendientes pueden inspirarse de los refranes para aplicar unas reglas gramaticales; la concordancia entre elementos de la frase, el uso de los modos y tiempos verbales, etc. Por ejemplo, un refrán como: No compres de quien compró; compra de quien heredó, que no sabe lo que costó
permite practicar al mismo tiempo: el presente del subjuntivo, el pretérito indefinido, el imperativo y el presente.
            En cuanto al enriquecimiento del vocabulario, cabe decir que a veces los alumnos recurren a los diccionarios para memorizar listas de palabras. Esto tiene dos desventajas:
            Primero, las palabras se aprenden de forma suelta. No suelen aparecer en contextos claros, en lo que sea posible ver cómo se combinan con otras palabras, cuáles son sus posibles organizaciones sintácticas. En cambio, en los refranes, las palabras toman sentido respecto a otras y aparecen en construcciones sintácticas claras.
            Segundo, en la mayoría de los casos, las listas de palabras memorizadas están olvidadas en seguida. En cambio, en una frase que les da forma y vida, las palabras no se olvidan fácilmente. Los refranes tienen, pues, la facilidad de ofrecer un cuadro a las palabras y de ser frases cortas, completas, llenas de sentidos y con valor de consejo, por lo cual, no se olvidan rápidamente.
            Otro aspecto más importante de los refranes es que ayudan a entender el lenguaje metafórico. Es innegable la dificultad que tienen los aprendientes ante un lenguaje alejado de lo que presentan los libros y manuales para aprender la lengua. Dichos libros, muy a menudo, son clásicos y alejados de la forma real y auténtica de expresión de los hispanohablantes. Por lo tanto, no suelen presentar los giros metafóricos que dichos hispanohablantes dan a la lengua. En cambio, la particularidad de los refranes es la metáfora. Casi siempre, están caracterizados por símbolos e imágenes. Esto ayuda a los aprendientes a familiarizarse con el lenguaje metafórico y a entenderlo mejor.  
            Los refranes tienen otras muchas ventajas que no ofrecen los demás recursos de aprendizaje de la lengua, más precisamente los textos literarios clásicos. Por ejemplo, son frases cortas, fáciles de aprender y memorizar, ya que se pueden captar de manera espontánea, sin grandes preparaciones. Tienen unos contenidos muy prácticos que estimulan a la lectura, porque se presentan como lecciones para la vida. Por lo tanto, para muchos alumnos que no están acostumbrados a leer y que se desaniman más rápido ante un texto poético, dramático o argumentativo, resultan más motivadores de requerir menos tiempo, concentración y paciencia para leerlos. Igualmente, el hecho de tener casi siempre un equivalente en la propia lengua puede ser otro motivo para los alumnos de leerlos. Por ejemplo: 

Español:      No hay mal que por bien no venga

Latin:          Nullum malum quod prorsus omni utilitate careat
Catalán:      Ni hi ha mal que el temps no curi
Portugués:  Não há mal que o tempo não cure
Francés :   A quelque chose malheur est bon
Italiano :   Tutto il male non vien per nuocere
Inglés :     No great loss but some small profit
Alemán:   Jedes Unglück ist zu etwas gut

            Además de ser excelentes recursos de expresión oral para sintetizar una idea, los refranes pueden servir como circunloquio a los alumnos de español como lengua extranjera o segunda lengua, para que puedan expresar una idea cuando no tienen el vocabulario preciso para hacerse entender.
En fin, son excelentes recursos de apoyo para el aprendizaje de una lengua. Ayudan a los alumnos a conseguir la competencia lingüística y los ofrecen herramientas para salir airoso de situaciones de comunicación.

Los refranes: un gran tesoro cultural



        Los refranes son dichos cortos, agudos, sentenciosos y de uso común que encierran una moraleja. En todos los pueblos, han sido transmitidos de padres a hijos y así, de generación en generación, desde tiempos remotos. Hoy en día, ya forman parte del lenguaje estándar. 
       ¿A quién nunca le ha ocurrido decir un refrán en una situación de comunicación cualquiera? ¿Quién nunca ha recurrido a un refrán con el objetivo de expresar de la manera más clara, precisa y sintética lo que pensaba?
         Desgraciadamente, han recibido una imagen perjudicial por tantas concepciones erróneas. Unos dicen que los refranes son para gente del pueblo, gente de poca cultura que falta de vocabulario para expresarse con los términos exactos. Muy al contrario, han sido explotados en el arte retórico de la civilización egipcia, greca, la anterior civilización babilonia y muchas otras, para la belleza de la expresión, para deleitar, persuadir o conmover. Son los medios de expresión de muchos sabios, filósofos y pensadores. En efecto, son la resultante de pensamientos lógicos y tienen la facultad de expresar de forma muy sintética un modo de pensar, de percibir una realidad.
            Otros pretenden que empobrece la lengua. ¿Quién no conoce al famoso Cervantes? Ni el que nunca ha estudiado la lengua española ha entendido hablar de él o del Quijote (El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha). Este autor celebre quien ha dado mucha fama a la lengua española, como Shakespeare al inglés y Molière al Francés, presenta en esta obra famosa y más traducida, una gran repertorio de refranes. Lejos de empobrecer la lengua, estos refranes la enriquecen, la dan más imagen y estilo. La importancia legítima que se los ha dado unos autores justifica los amplios refraneros españoles publicados hoy en día que contienen innumerables refranes cada vez más actualizados.
            Los refranes son como las tapas, o sea, como aperitivos que se sirven en acompañamiento de una bebida, que dan mucho sabor sin cargar el estómago, sino abriendo el apetito: un apetito para la lengua meta. Sentencias veraces o no, esto no es nuestro debate, aunque un refrán dice: los refranes no engañan a nadie y otro dice refranes y consejos todos son buenos
           Lo cierto es que tienen la ventaja de ser muy prácticos en la organización del contenido de los discursos y de tener palabras justas y precisas para expresar una idea. Un refrán dice al respecto que: Hombre refranero, medido y certero. Y otro: La gracia de cada refrán, es decirlo en el momento y el lugar en donde van.
            En fin, los refranes son el patrimonio, la riqueza de cada pueblo y han de ser mantenidos y salvaguardados. Son unos tesoros más de la cultura y la lengua española: ¡¡¡A BUEN ENTENDEDOR ... !!!