Los refranes son dichos
cortos, agudos, sentenciosos y de uso común que encierran una moraleja. En todos
los pueblos, han sido transmitidos de padres a hijos y así, de generación
en generación, desde tiempos remotos. Hoy en día, ya forman parte del lenguaje estándar.
¿A quién nunca le ha ocurrido decir un refrán en una situación de comunicación
cualquiera? ¿Quién nunca ha recurrido a un refrán con el objetivo de expresar
de la manera más clara, precisa y sintética lo que pensaba?
Desgraciadamente, han recibido una imagen
perjudicial por tantas concepciones erróneas. Unos dicen que los refranes son para
gente del pueblo, gente de poca cultura que falta de vocabulario para
expresarse con los términos exactos. Muy al contrario, han sido explotados en
el arte retórico de la civilización egipcia, greca, la anterior civilización babilonia
y muchas otras, para la belleza de la expresión, para deleitar, persuadir o
conmover. Son los medios de expresión de muchos sabios, filósofos y pensadores.
En efecto, son la resultante de pensamientos lógicos y tienen la facultad de
expresar de forma muy sintética un modo de pensar, de percibir una realidad.
Otros pretenden que empobrece la
lengua. ¿Quién no conoce al famoso Cervantes? Ni el que nunca ha estudiado la
lengua española ha entendido hablar de él o del Quijote (El ingenioso
hidalgo Don Quijote de la Mancha). Este autor celebre quien ha dado mucha fama
a la lengua española, como Shakespeare al inglés y Molière al Francés, presenta
en esta obra famosa y más traducida, una gran repertorio de refranes. Lejos de
empobrecer la lengua, estos refranes la enriquecen, la dan más imagen y estilo. La importancia legítima que se los ha dado
unos autores justifica los amplios refraneros españoles publicados hoy en día que
contienen innumerables refranes cada vez más actualizados.
Los refranes son como las tapas, o
sea, como aperitivos que se sirven en acompañamiento de una bebida, que dan
mucho sabor sin cargar el estómago, sino abriendo el apetito: un apetito para
la lengua meta. Sentencias veraces o no, esto no es nuestro debate, aunque un
refrán dice: los refranes no engañan a
nadie y otro dice refranes y consejos
todos son buenos.
Lo cierto es que tienen la ventaja de ser muy prácticos en
la organización del contenido de los discursos y de tener palabras justas y
precisas para expresar una idea. Un refrán dice al respecto que: Hombre refranero, medido y certero. Y otro:
La gracia de cada refrán, es decirlo en
el momento y el lugar en donde van.
En fin, los refranes son el
patrimonio, la riqueza de cada pueblo y han de ser mantenidos y salvaguardados.
Son unos tesoros más de la cultura y la lengua española: ¡¡¡A
BUEN ENTENDEDOR ... !!!
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